Dirección: Tom Hooper
Guíon: David Seidler
Banda musical: Alexandre Desplat
Fotografía: Danny Cohen
Escenografía: Judy Farr
Elenco:
Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena
Bonham Carter, Michael Gambon, Guy Pearce, Jennifer Ann Ehle.
PREMIACIONES:
Premios ÓSCAR: Mejor película, Mejor Director,
Mejor actor principal y Mejor guión original.
Premiso BAFTA: Mejor Película, Película
británica excepcional, Mejor actor, Mejor actor de reparto, Mejor actriz de
reparto, Mejor guion Original y Mejor música.
Premios al Sindicato de
actores: Mejor
actor y Mejor actor de reparto (Elenco completo).
Premio GOYA: Mejor película europea.
EL
DISCURSO DEL REY (2010). Película de colección, con una magistral actuación y diálogos destacables. Cuenta la biografía de
Jorge VI (Colin Firth), quien desde la
infancia padecía de tartamudez, este encuentra la ayuda del terapeuta Lionel
Logue (Geoffrey Rush), quien con métodos pocos ortodoxos le devolverá la voz a
quien la ha perdido.
FRASES Y DIÁLOGOS:
“-Ni siquiera puedo darles un
discurso de Navidad.
-¿Cómo solía
hacer su padre?
-Precisamente.
-El ya no está
aquí.
-Si lo está. Está
en ese chelín que le di.
-Es
bastante fácil deshacerse de él. Ya no tiene que cargarlo en su bolsillo. O a
su hermano. No necesita temerle a las cosas que temía a los cinco.”
“Esos pobres jóvenes lloraban de
miedo y nadie los escuchaba. Mi trabajo era ayudarlos a que tengan fe en su propia voz interior y permitirles saber que
un amigo los escuchaba.”
“Si soy un Rey… ¿Dónde está mi
poder?¿Puedo formar un gobierno, puedo subir los impuestos, declarar una
guerra? ¡No! Y así y todo soy la base de la autoridad. ¿Por qué? Porque la Nación
cree que cuando hablo, hablo por ellos. Pero no puedo hablar”
“¡Salga! ¡No puede sentarse ahí!
¡Levántese!
-¿Por
qué no? Es sólo una silla…
-¿Eh?
No es… una silla es..ee.. ¡es la silla de San Eduardo!
-La
gente grabó su nombre en ella.
-¡Es
la silla donde se sentó cada Rey y cada Reina!
-No
me importa cuánta realeza se sentó aquí.
-¡Escúcheme!¡Escúcheme!
-¿Escucharlos?
¿Bajo qué derecho?
-Bajo
el derecho divino…¡que soy su Rey!
-No,
no lo es. Me lo dijo usted mismo. ¡Dijo que no quería! ¿Por qué perdería mi
tiempo escuchándolo?
-¡Por
qué tengo derecho! ¡Tengo voz!
-Sí. La tiene. Tienes una personalidad más inspiradora y valiente
que cualquier otra persona que conozca, Bertie. ¡Serás un maldito gran Rey!”